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Entrando en la última década para lograr los objetivos de desarrollo sostenible, es evidente que tenemos un largo camino por recorrer. Estos objetivos, aunque ambiciosos, fueron diseñados para establecer una “hoja de ruta” que con el apoyo de una coalición global comprometida en su cumplimiento, sería alcanzable. El 11 de marzo de 2020 marca el día en que la propagación del virus SARS-COV-2, también conocido como COVID-19, fue declarada una pandemia global por la Organización Mundial de la Salud. Un año después, esta experiencia sirve como un llamado urgente a la acción sin precedentes, haciendo claro las profundas desigualdades y fallas que inspiraron el movimiento detrás de la Agenda 2030 y los Acuerdos Climáticos de París.

En INFANCIA LATINA estamos comprometidos a servir como una plataforma unificadora para orientar, coordinar y acelerar la acción en América Latina y el Caribe hacia el cumplimiento con los ODS. Como dice el secretario general de la ONU, António Guterres, “Necesitamos ver esta recuperación como una oportunidad legítima para hacer las cosas bien para el futuro”.

Niñas y mujeres enfrentan barreras sociales, económicas y políticas en todos los ámbitos de sus vidas. La igualdad de género (ODS 5) es un derecho fundamental que ha sido aceptado universalmente como un Objetivo particular para la Agenda 2030 por ser un elemento clave en fomentar la paz, el desarrollo y crear un mundo próspero y sostenible. Para llegar a este fin, la perspectiva de género tiene que ser incorporada en los marcos conceptuales, las estrategias y los enfoques técnicos de organizaciones así como dentro de sus políticas institucionales. A largo plazo, esta mirada puede transformar instituciones sociales, leyes, normas culturales y prácticas comunitarias profundamente arraigados que excluyen a la mujer¹.

En INFANCIA LATINA, sabemos que educar y brindar oportunidades para cada niña es una de las mejores inversiones que puedes hacer para una sociedad.

Las niñas, niños y adolescentes de hoy en día nacieron dentro de un contexto de innovación tecnológica acelerada que ha cambiado de forma trascendental las modalidades en que aprendan, comuniquen e interactúen. A diferencia de generaciones anteriores, nunca han conocido la vida sin el Internet donde la información es accesible de forma casi inmediata, con redes sociales siendo cada vez más omnipresentes en sus vidas. Esta realidad presenta oportunidades importantes para el aprendizaje proactivo, el intercambio de experiencias y la participación de jóvenes en movimientos sociales. Al mismo tiempo presenta desafíos serios si el usuario no tiene la capacidad de navegar estos espacios de forma responsable y segura.

En INFANCIA LATINA estamos comprometidos a promover esfuerzos que fortalezcan competencias digitales que ayudan a niñas, niños y adolescentes y sus padres en:

• detectar la desinformación;
• tomar medidas para asegurar su seguridad personal;
• cuidar su salud mental y desarrollar habilidades sociales positivos;
• adaptarse al futuro de la educación y el trabajo, promoviendo el acceso equitativo;
• y en mitigar sus riesgos a la explotación y el acoso en línea.

La violencia armada en América Latina y el Caribe es una constante en la región, convirtiendo a algunos lugares del continente en zonas de las más peligrosas del mundo. Esto está relacionado con muchos factores, incluyendo: desigualdad de ingresos; desempleo; factores sociales; educación de baja calidad; baja retención escolar; alta impunidad; liderazgo corrupto; y la proliferación del crimen organizado alimentado por el narcotráfico y los involucrados en el comercio de armas, viniendo de los Estados Unidos. Por ello el lugar de nacimiento de una niña o un niño puede tener implicaciones significativas en sus oportunidades de crecer en un entorno seguro y favorable para su desarrollo. La exposición a eventos adversos en la niñez desde una edad temprana, puede tener efectos duraderos en niñas, niños y adolescentes que pueden manifestarse en retrasos cognitivos y en la reproducción de violencia en los comportamientos del propio niño contribuyendo al ciclo de violencia.

En INFANCIA LATINA estamos comprometidos a la vigilancia de estos graves abusos de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes en la región y a promover que las leyes y políticas nacionales estén alineados con normas internacionales relacionados con la violencia armada y la seguridad. Nos comprometemos a abrir espacios de diálogo regionales donde podemos impulsar estrategias multilaterales para enfrentar este gran reto sistémico. Promoveremos iniciativas integrales para la niñez y la adolescencia en riesgo enfocados en el cambio de comportamiento y la participación de la niñez en la prevención de la violencia formándolos como agentes de cambio en sus comunidades.

La migración no es un fenómeno nuevo en las Américas, sin embargo, las fuerzas actuales que están forzando la migración y la pura cantidad de personas en movimiento son motivo de alarma. Se sabe que la violencia comunitaria, la corrupción, la pobreza y la falta de oportunidades económicas se encuentran entre los principales impulsores y que el viaje es notoriamente peligroso. La situación es especialmente grave para las niñas y niños migrantes no acompañados; población LGBTTTIQ que huyen de la persecución; niñas, niños y jóvenes que huyen de pandillas e infancia con discapacidad que no pueden recibir la atención adecuada en sus países de origen. La mayoría de las personas migrantes que utilizan canales informales no llegarán a su destino de manera segura y muchas tendrán que abandonar su sueño y restablecerse donde están, en tierras imprevistas. Esto presenta desafíos para las comunidades receptoras que a menudo enfrentan muchas de las mismas restricciones en sus economías y recursos que pueden resultar en la agresión o explotación de los migrantes, colocando a los niños en una posición muy vulnerable.

En INFANCIA LATINA estamos comprometidos a la vigilancia de estos flujos migratorios, en particular de los mecanismos dirigidos a acompañar y asegurar la protección de la población inmigrante o transmigrante.

El Acuerdo de París, que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, es el primer tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, adoptado por 196 países de todo el mundo. Este esfuerzo multilateral tiene como objetivo unir a las naciones detrás de una causa común: combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos. El Acuerdo también proporciona un marco para el apoyo financiero, técnico y de creación de capacidad a los países y regiones que puedan necesitarlo². Para muchos países de América Latina y el Caribe, los efectos del cambio climático ya están teniendo un efecto significativo en la salud y los medios de vida de comunidades, así como en las tendencias de migración a medida que se vuelven más frecuentes y severos. Según UNICEF, niñas, niños y adolescentes son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, especialmente los niños menores de 5 años, que son más propensos a enfermedades resultante del cambio climático como la malaria, el dengue, y la diarrea. Los niños marginados se encuentran aún más en desventaja quienes muchas veces carecen de infraestructura básica, como agua potable, lo que les dificulta recuperarse de las crisis ambientales.

En INFANCIA LATINA nos comprometemos de apoyar a los países de la región a que se alineen con sus compromisos con el Acuerdo de París, tomando la niñez como aspecto central en todas las estrategias y planes de respuesta, reconociendo al mismo tiempo el papel que niñas, niños y adolescentes han demostrado como agentes de cambio en la crisis actual. Niñas, niños y adolescentes han generado un movimiento para mitigar los efectos dañinos del cambio climático y nuestra esperanza para un futuro resiliente al cambio climático sólo será posible si contamos con la acción urgente de gobiernos y de ciudadanos comunes.

La Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (CDN), aprobada en 1989, cambió el paradigma sobre cómo nos relacionamos con la infancia, dejando de verla como un asunto privado, sino público. Esto implicó establecer una serie de responsabilidades en todos los niveles de los Estados firmantes de la CDN, a nivel central, estatal, municipal, provincial y departamental.

En este sentido, los Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), están diseñados para la alineación, transversalización, diseño e implementación de la política pública con perspectiva de derechos humanos de la infancia y adolescencia en los órganos, instancias, normas, políticas, servicios y presupuestos.

En INFANCIA LATINA nos comprometemos a apoyar la instalación de los SIPINNA a nivel nacional, local y municipal para respetar, promover, proteger, restituir y restablecer los derechos de las niñas, niños y adolescentes; y reparar el daño ante la vulneración de los mismos.